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Colectivo Electrobiota: Laboratorio Rizosférico

Este laboratorio nace como una investigación de posibles diálogos interespecies en la rizósfera. Los suelos es donde suceden intra-acciones muy específicas entre componentes químicos, físicos y biológicos que según su estabilidad ayudan o perjudican la sustentabilidad y fertilidad de los mismos. Así, los territorios rizosféricos son esa zona de inteligencias y sensibilidades múltiples y a su vez únicas y dinámicas entre raíces de plantas, microorganismos como bacterias, hongos, entre otros y distintos factores geoquímicos. En conjunto realizan constantemente ejercicios de resiliencia para la detoxificación de compuestos orgánicos nocivos en los suelos. 

El reconocimiento de este “espacio”, nunca vacío, nos permite acercarnos a las escalas micro y macroscópicas de las relaciones mecánicas-orgánicas, a otrxs operaciones y percepciones del tiempo y espacio, a la posibilidad de descentralizar los lenguajes y las potencialidades bio-geoquímicas y a abrazar las interdependencias que pulsan entre los diferentes cuerpxs y arquitecturas humanas, no humanas y ambientales que dan forma a este medio mundo de rizosférico. Este panorama físico, pero también matérico-poético se convierte en nuestra herramienta de pensamiento y acción hacia con otras posibles vitalidades, agencias y afectividades biológicas y terrestres. 

Los territorios rizosféricos se convierten pues en nuestro punto de partida para imaginar y repensar otras posibles sensibilidades e inteligencias, a partir de la experimentación y descentralización de nuestras percepciones sobre aquello humano y no humano. 

Nuestra relación, muchas veces distópica, entre la naturaleza y la cultura desde la antigüedad se ha enhebrado a través de diálogos en tensión. Nos es imposible pensar el medio ambiente sin una referencia explícita sobre la naturaleza, y con ella, necesariamente, se abre una reflexión sobre la cultura: sobre nuestras tecnologías, nuestros haceres en las artes y las ciencias y los estados de nuestras sociedades actuales y futuras. 

Revisar los andamiajes que dan forma a lo humano y no humano implica hilvanar ejercicios y prácticas que permitan borrar los límites en la profunda ontología, tanto científica como especulativa, sobre aquello de define y delimita la naturaleza, sus seres, sus formas, sus materialidades y sus otros lenguajes.

Actualmente nuestras relaciones con la tierra y sus seres se encuentran mediadas por la tecnología y diversas técnicas de industralización, visualización, sonificación, mapeo, predicción, simulación y muchas otras. Nuestro colectivo abraza los dispositivos y la instrumentalización como ejercicios descentralizados para desmantelar la tecnología de su operación de disección hacia otras formas. Aquellas a las que humildemente llamamos subalternas, tecnologías sensibles, ancestrales y comunitarias, arraigadas en el código y hardware libre y abierto; tecnologías y metodologías de conocimiento especulativo, pero principalmente situadas y atravesadas por materialidades y prácticas específicas según nuestros contextos latinoamericanos.

Creemos que los paradigmas que sustentan lo tecnológico se encuentran fuertemente anclados en una discurso ficcional o por lo menos uno muy problemático respecto al imaginario que construye nuestras nociones de modernidad. Se habla de progreso, de funcionalidad, eficiencia y objetividad. Principios tecnocráticos que ameritan ser sujetos en nuestras prácticas artísticas como objetos de debate, fricción y de desarme crítico abrazando categorías propias de lo “mestizo” y lo “híbrido” que nos permitan pensar y crear tecnologías quiméricas y metamórficas, con materialidades concretas y dispositivos multisensoriales y de percepción política-afectiva. Como la autora Haraway nos dice “importa qué ideas usamos para pensar (con) otras ideas”. 

Así es que, como Colectivo Electrobiota, emprendímos una aproximación a los posibles diálogos y colaboraciones interepecies. Desde el diseño de diferentes dispositivos de amplificación y comunicación buscamos reconstruir un imaginario -una cosmovisión otra- de la naturaleza. Romper con la naturaleza como lo otro, como un territorio y materia de conquista requiere un ejercicio profundo, colectivo y más allá de lo transdisciplinario para liberar las ataduras y particiones de dominio y control con la que hemos humanamente modelado esta relación. Para ello, implica abordar múltiples dimensiones y alteridades filosóficas, políticas, estéticas y afectivas que hackean aquellas centralidades-periferias del sujeto-objeto.

Desde el 2014, dimos inicio a esta travesía para aprender a “cultivar-siendo” con el entorno y otras especies compañeras, nutriéndonos de experiencias colectivas que cruzan nuestras biologías y geologías culturales y nos encaminan a construir otrxs escenarios posibles de co-existencia tomando forma de conversatorios, workshops y muestras colectivas abiertos a toda la comunidad. 

ACTIVACIÓN EN LA CASA NACIONAL DE BICENTENARIO, ARGENTINA. 

El Laboratorio Rizosférico surgió por primera vez como un espacio abierto al público para experimentar con diversos biosensores fenómenos de la rizósfera en el marco del Encuentro de Arte, ciencia y tecnología FASE 8: “Pensar la praxis” realizado en la Casa Nacional del Bicentenario. Tomó inicialmente forma de una instalación e intervención sonora y lumínica que plantea la apropiación y la resignificación de los medios masivos de comunicación, a modo de extensiones y redes híbridas entre humanos y otras especies.

También ser realizó una intervención en el territorio, dónde a partir de un sensor de humedad, obtuvimos señales de un árbol que se encontraba en la calle y retransmitimos su señales a modo de luz y sonido dentro de la sala de exhibición como una metáfora de comunicación y reconexión entre diversos territorios rizosféricos fragementádos en las áreas urbanas.

BIOTRANSMISIONES, FESTIVAL TRANSPIKSEL, SEDE DE POSGRADOS DE LA UNAM, MÉXICO. 

Biotransmisiones nació como una experiencia activa y participativa, donde desde la práctica del experimento pudieramos explorar distintas formas de comunicación y relación interespecies a través de la construcción de un biointerface electrónica que nos permitirá hacer latente las diversas voces en potencia que habitan en la rizosfera. Éstas bioseñales fueron transformadas en sonidos para ser retransmitidos interviniendo las señales de radio frecuencia, por medio de pequeños sintonizadores de radio FM hackeados. Nuestros dispositivos funcionarán a modo de prótesis sonoras y electrónicas de comunicación y nos permitirán generar una gran red híbrida.

Al final de la experiencia realizamos una exploración a modo de práctica de campo de los territorios rizosféricos en los jardines periféricos. El cierre terminó con una intervención sonora colectiva haciendo uso de nuestros dispositivos reconociendo los procesos vitales de otras especies y los suelos.

LAS CREATURAS DEL JARDÍN, TRANSPIKSEL, CASA TETEPAN, MÉXICO. 

 

“Las criaturas del jardín” es una experiencia que fomenta ejercicios abiertos, a modo de prácticas de campo para participar en familia. A través de la tecnología, el arte y las ciencias naturales exploramos quiénes y cómo son aquellas formas de vida que habitan en nuestros jardínes. Partimos de la imaginación para conocer y aprender de la observación de la naturaleza.

En esta ocasión tuvimos la oportunidad de trabajar en Casa Tetepan una organización dedicada al cuidado ambiental y sustentable desde la recuperación de especies vegetales autóctonas. Tuvimos la oportunidad de trabajar y dialogar con biólogos que trabajan en el lugar y nos hicieron una introducción al trabajo que realizan sobre biodiversidad sustentable. También, realizamos una serie de caminatas en las zonas verdes del lugar, explorando la humedad de los suelos utilizando pequeños sensores DIY y recolectamos aquellas materialidades propias del lugar que nos permitieron plasmar más adelante un imaginario de posibles criaturas que habitan esos jardines. Hojas, flores secas, tronquitos, piedras, fueron nuestros disparadores para construir pequeños robots solares incorporando saberes y prácticas de reciclado y cuidado de la naturaleza, así como la importancia de las energías sustentable como es la energía solar.

Este encuentro se orientó a la toma de conciencia de la problemática ambiental contemporánea, el reconocimiento de las especies locales, la importancia de los recursos naturales y la relación del ser humano con estos. Consideramos pertinente cómo el arte, la tecnología y el juego es una herramienta poderosas para  sensibilizarnos sobre el cuidado y preservación de nuestro planeta Tierra.

OTROS DIÁLOGOS INTERESPECIES DESDE LA INMUNIDAD SOLIDARIA, FESTIVAL EL ALEPH  ARTE Y CIENCIA, MÉXICO. 

Desde los diálogos interespecies trabajamos estas fabulaciones especulativas que entran en intimidad  con nuestras especies compañeras, desde un ejercicio de empatía, de mirar al otrx, un ejercicio afectivo emocional, no ingenuo, sino más bien activo y colectivo entre alteridades terráqueas. Imaginar los diálogos interespecies como metodología de acción y creación artística y colectiva implica entretejer diversas formas de vida en simpoeisis, un “devenir ser con”. Es así que en este ejercicio artístico nos interesa dialogar con otras especies en una suerte de relato quimérico, sin una categorización específica y más bien difusa e íntima; basadas en vínculos de parentesco, de fraternidad desde una ética del cuidado y la responsabilidad que fomenta que el otro sea significativo. 

En el marco del Festival Aleph creímos era importante fortalecer esta gran red colectiva para construir un espacio de intercambio de saberes y hacer en comunidad para pensar soluciones y resistencias creativas al aislamiento que estamos viviendo debido a la pandemia global. Por ello, desde la inmunidad solidaria  nos enraízamos en un espacio virtual, donde a partir de una serie de intercambios, lecturas y debates creamos un entramado colectivo y tentacular con los participantes del Laboratorio. 

Una de las ideas que estuvieron rondando como ejercicio de cierre del Laboratorio fue proponer de manera telemática un ritual. Donde el mismo acto de compostaje se convirtió  en un espacio en el que logramos ritualizar los procesos naturales de resiliencia de los suelos. La tierra negra y fértil nos unió en la distancia. 

Así, el Ritual de Compostaje surgió como una estrategia para subsanar nuestras experiencias en torno a la crisis humanitaria global que estamos transitando. Desde la práctica artística y los saberes previos de cada uno de los participantes imaginamos la acción de compostar como un proceso de transformación solidaria y de resistencia interspecie. El “poner junto” conformó un abono con nutrientes  que  fortaleciera n las relaciones y vínculos  desde nuestros hogares. Trabajamos con la tierra y materiales que teníamos cada unx en casa, las materialidades de nuestros jardines e invitamos a nuestras especies compañeras para imaginar cuáles son esos otros sustratos,  pigmentos, humedades, olores, sonidos, voces y gestos que integraban nuestra composta. Este abono telemático compostó poemas, relatos, dibujos, collages, acciones, performances, piezas sonoras, fotografías, videos y humo de copal.  

Finalmente, con la colaboración del artista audiovisual Jaime Munguía se entretejió en tiempo real y vía streaming ésta acción-ritual. Quien a través de visualidades y múltiples prácticas creativas llevaría a conformar esta ofrenda de gestos sensibles a la distancia pertenecientes a los terrenos rizosféricos que co-habitamos y devenimos día a día. 

Participantes del Ritual de Compostaje

Tanía Aedo, Minerva Hernández Trejo, Melissa Ugalde, Mónica Loyola, Mariangela Aponte, Yisel Rahal y Miguel Arzate Pérez, Luís Williams Fallas, Laura Zingarello, Laura Pérez, Isis Vargas, Francisco Constantino, Gabriela Hernández y Álvaro Martín, Erika Torres Hoyos, Cinthya García-Leyva, Daniela Oliveros Miranda, Carla Alemañy, Ana Vela y Alejandro Alcantara

Acción audiovisual y live streaming Jaime Munguía

Un agradecimiento especial a Tania Aedo, Fienella Halligan y a la Cátedra Max AUB.